viernes, 3 de junio de 2016

Programas informáticos de Compliance

Estuve reunido con grupo de abogados de un bufete de mi ámbito territorial de actuación, que solicitaron opinión acerca de un programa informático para Compliance recomendado por su colegio profesional. Juntos, fuimos analizando la demo. Al final, ellos mismos llegaron a la conclusión que todo lo que se ofrecía se podía realizar con una plantilla de Word y otra de Excel, puesto que el método propuesto no era otra cosa que una ruta de elaboración de contenidos conforme a la normativa penal aplicable, mediante flujogramas y captura de información relativa a la empresa cliente, los tipos delictivos del Código Penal y la generación de informes estandarizados (por mucho que pretendan vender lo contrario) sobre mapas de actividades y conductas de riesgo, procedimientos de seguimiento y control, canal de denuncias, planes formativos y regímenes disciplinarios y sancionadores. Eso sí, remitiendo a las normas ISO internacionales para una aplicación más "profesional" y "exhaustiva". Concluí que no solo hay que huir de los “copia y pega”, sino también de la “estandarización”. Por el contrario, hay que acercarse todo lo que se pueda a la idea de “traje a medida”.

Pero lo que más me chocó de la situación fue que esa herramienta viniera recomendada por un colegio profesional, incluso, veladamente, parece ser que también por algún miembro de la Judicatura española. En mi modesta opinión, un presunto fraude en toda regla. Se pasan por el forro las recomendaciones oficiales acerca de evitar el “copia y pega”. Ya lo advertía en una entrevista la propia Fiscal General del Estado Español (expansión.com; si quieres acceder a la fuente, clickea AQUÍ), en el sentido de que no se realizaran “copy/paste de los programas de cumplimiento, asumiendo que con eso la empresa ya cumple”. "No es infrecuente en la práctica de otros países que, para reducir costes y evitar que el programa se aleje de los estándares de la industria de los compliance, las compañías se limiten a copiar los programas elaborados por otras, incluso pertenecientes a sectores industriales o comerciales diferentes. Esta práctica suscita serias reservas sobre la propia idoneidad del modelo adoptado y el verdadero compromiso de la empresa en la prevención de conductas delictivas" (Fuente de la imagen: pixabay).